1. Márcate una meta buena, posible, que te guste. Pero sobre todo a tu alcance.
3. Recuerda a menudo tu objetivo, y tras la evaluación, relánzalo.
4. Concreta, de los medios a tu alcance, los que vas a utilizar para conseguirlo.
5. Recompénsate los pequeños éxitos que vas consiguiendo. Sonríete. Aplaude lo bueno que hagas.
6. Conforme vas disfrutando de la bondad, belleza, verdad, éxito, ponte metas nuevas, siempre realistas.
7. Ante los pequeños fracasos que puedan surgir, entiéndelos como “gajes del oficio”, “oportunidades de aprender”. Todo éxito exige un esfuerzo. Casi nada bueno sale a la primera. Gana quien persiste. El miedo hace héroes.
8. Ten pensadas alternativas ante las dificultades que puedas prever. Ni te obsesiones ni te castigues. Usa el humor.
9. Rodéate de gente positiva de la que recibas ánimos y apoyo. Empéñate en ser positivo.
10. Ten siempre presente, que todo esfuerzo vale la pena cuando la recompensa eres tú.
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