Encontrando un rumbo


Intentando cruzar desde hace mucho el Atlántico de mi vida me he encontrado con un iceberg, a punto de naufragar nado hasta el próximo salva-vida que me lleve a un lugar seguro con gente que espere recibirme y darme otra oportunidad para comenzar, a tener un sueldo a un amor bonito a un sueño, que no se me acaben las ganas de seguir o me hundo cual Titanic.

Los días siguen pasando presentando algunos indicios de un cambio que nunca llega, con los mismos colores de ayer que me ayudan a aburrirme de esto de no tener nada de este fastidio a empezar cualquier cosa que no sea lo que anhele un día.

Encerrada en el mundo de  los desempleados y los solteros, a la deriva, mi vida pasa y a veces ni me doy cuenta de cuan rápido, recién inaugure los 27 y desde entonces nada que contar solamente pensar de cuando llegue el momento deseo estar lista para la siguiente etapa

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